Necesidad de una Gestión de Tesorería Avanzada

En una entrevista que se le hacía al director general de una compañía indicaba la necesidad de tener siempre dinero en la caja, aseveración que estamos escuchando continuamente en nuestra labor profesional en los momentos actuales de crisis económica en la que estamos inmersos. Frase que considero que se completa con que tenga dinero de forma permanente y controlada, mirando siempre a un horizonte de largo plazo con las adecuadas herramientas de gestión financiera.

Los plazos de cobro de las ventas, los menores márgenes fruto de un mercado con un consumo estancado, y la sequía que sufren nuestras empresas por parte de los canales de financiación bancaria tienen como consecuencia que la Gestión de la Tesorería Avanzada (GTesA) esté alcanzado en estos momentos un mayor protagonismo en la gestión directiva del día a día de las empresas. Protagonismo que, por otra parte, siempre debió tener pues, en mi opinión, la caja es el termómetro que mide las decisiones que se toman, y de las que no se toman, en la gestión estratégica de cada empresa, con lo que necesariamente los grados que nos muestre deben ser certeros.

Formamos parte de un entorno empresarial donde los plazos de cobro son mucho más largos que los habituales en países con nuestro grado de desarrollo económico, y que son nuestros principales clientes y proveedores exteriores, lo que provoca que las Necesidades Operativas de Fondos (NOF) en nuestras empresas sea superior a nuestras competidoras europeas, con el mayor coste financiero que ello supone y, por tanto, de menor competitividad. Las NOF se financian, como sabemos, con los Fondos Propios que genera el negocio con su margen de venta y con la financiación ajena bancaria recibida, financiación externa que está escondida en sus cuarteles de invierno por parte de la entidades financieras, preocupadas por cumplir sus obligaciones de solvencia en un entorno de crisis de deudas soberanas, fusiones, intervenciones y nuevas regulaciones. Este escenario trae como consecuencia mayores dificultades de las que ya estábamos acostumbrados, que dificultan de una forma importante acceder a la financiación de las NOF.

 

Y el proceso GTesA es una necesidad absoluta para entornos de cambio, para entornos turbulentos, para entornos de crecimiento, de nuevas inversiones, de supervivencia, incluso aunque sean de estabilidad. Las organizaciones deben de contar con un plan realista, con una guía que marque hacia donde se quiere dirigir, una estrategia en definitiva. Estrategia en la que se marca una serie de iniciativas que se deben llevar a cabo para cumplir con la misma, con las repercusiones en términos de caja que supone. Renovación de inmovilizado productivo, apertura de nuevas líneas de negocio, profundizar en la internacionalización de nuestras empresas, abandono de proyectos,… son ejemplos de decisiones de gestión empresarial que son abordados por las compañías en su quehacer de mejora continua, las cuales deben ser analizadas en términos de rentabilidad financiera y económica, e incorporarse, junto con el resto de las operaciones de negocio, en la GTesA de la organización.

La dirección de empresas supone la gestión de objetivos, de metas deseables para el futuro, elaboradas de una forma más o menos sofisticada según empresas, que tienen su consecuencia en la Tesorería de la compañía. Los pasos a realizar en la GTesA, basada en la estrategia de la empresa, son:

# Trabajar con previsiones de ventas, y por tanto de cobros de las mismas y su riesgo, con un horizonte mínimos de doce meses de forma permanente. Es decir, no detenernos en el mes de Diciembre en la elaboración en la elaboración de previsiones de ingresos, si no tener esa ventana permanente a doce meses vista mínimo, que nos permite realizar la gimnasia de tener nuestras previsiones a futuro permanente actualizadas.

# Las previsiones permanentes nos marcarán la realización a futuro de cuenta de resultados y balance con detalle mensual, lo que nos obligará, entre otras, a estar decidiendo y gestionando de forma estratégica la gestión de aprovisionamientos, forma de pago a nuestros proveedores y acreedores, tomando decisiones en cuanto a la gestión de existencias, seguimiento de proyectos, inversiones a realizar, utilización de las fuentes de financiación ajena de que dispongamos, de las necesidades y tareas de las personas en la organización, operaciones de refinanciación y plazos necesarios de los mismos.

# Elaboración de la Tesorería Avanzada, que recoge todos los elementos económicos que forman parte de la dirección estratégica de la empresa y que permitirá a la empresa ver reflejada en su caja las decisiones que guían a la empresa en la búsqueda de sus objetivos.

La experiencia en la implantación de sistemas de Tesorería Avanzada nos muestra que por parte de muchas empresas inicialmente se busca tener el control de la caja a corto plazo (controlar la fiebre), ante tensiones que ocupan y preocupan a los gestores de la compañía, pero el remedio es más profundo, que sobrepasa la administración de una aspirina. Para ello, es imprescindible la innovación en la gestión que supone el trabajar con una GTesA, dentro de la dirección estratégica de la empresa, como piedra angular de la necesaria mejora en la competitividad y como termómetro que nos ayude a mejorar nuestra toma de decisiones, sustentada en la elaboración de escenarios de trabajo creíbles, que permitan la adecuada gestión directiva, la toma de decisiones en los consejos de administración, y la claridad en las relaciones de negocio con los agentes externos, necesarios para llevar adelante nuestro proyecto empresarial.

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